“El encuentro con la Persona de Jesús, da un nuevo horizonte a la vida,
y con ello, una orientación decisiva.
Nos convierte en personas generosas y creativas,
felices en el anuncio y el servicio misionero”
(DA. 243 y 285)
El nuevo año en el caminar del discipulado misionero de los líderes espirituales, comenzó con el II Encuentro Nacional, que se realizó del 7 al 9 de enero en la casa de retiro Buen Pastor de la ciudad de Valparaíso, V Región.
Con ánimo, entusiasmados/as, alegres, con nuestros equipaje lleno de emociones y experiencias vividas nos reencontramos 26 miembros de las comunidades de Ovalle, Valparaíso y Santiago, para compartir, orar y reflexionar, “El reconocernos en el discipulado misionero según el itinerario con San Juan Eudes”.
¡
Durante la jornada compartimos nuestra experiencia personal, como también comunitaria, sobre los caminos que hemos hecho para el encuentro con Jesús, y como el Espíritu se nos va manifestando en esta construcción de la Comunidad, desde donde nace, se nutre y fortalece nuestro discipulado misionero.
Este encuentro estuvo marcado por fuertes tiempos de oración comunitaria y en él vivimos tres momentos claves:
Mi experiencia de encuentro con Cristo: nos preguntamos: ¿Cuál ha sido mi camino para el encuentro con Cristo en este último tiempo? Hicimos memoria y compartimos en grupos algunos hitos importantes en este itinerario.
¡ Luego reflexionamos cómo este encuentro nos constituye como comunidad: la dinámica de armar un rompecabezas nos permitió clarificar los valores, actitudes, renuncias que implica participar de una comunidad.
¡ En un tercer momento cada comunidad recibió una carta tomadas del Apocalipsis: carta a la iglesia de Efeso (2,1-7; iglesia de Filadelfia (3, 7-13); iglesia de Laodicea (3, 14-22). A través de ellas la invitación fue a descubrir el o los llamados que el Señor nos hace como comunidad en relación a lo que tenemos que cambiar, desarrollar en nuestras vidas para ser signo y testimonio, para desarrollar nuestro compromiso misionero.
¡ Llegada la última etapa de esta jornada y tomando como base la reflexión del día anterior nos preguntamos:
ü ¿Qué es lo posible hacer?
ü ¿Cómo lo estamos pensando?
ü ¿Qué apoyos se necesitan? Desde la reflexión comunitaria y orante, se manifiesta en todas las comunidades participantes el deseo y la inquietud por dar a conocer a otros la experiencia vivencial del Itinerario.
Como comunidad empeñada en fortalecer sus brazos fraternos, nos dimos también espacio para la recreación: cantamos, bailamos, nos reímos a rabiar (¡muy buenos los chistes!) y degustamos las exquisiteces que cada comunidad aportó.
El espíritu de Jesús Buen Pastor, estuvo con nosotros/as, dando como fruto el deseo y empeño misionero de los lideres para compartir la experiencia, echando las redes mar adentro, con confianza y disponibilidad.
Ciertos/as que es el Espíritu que camina con nosotros/as y confiados/as que estará siempre regalándonos sus dones, terminamos esta jornada llevando con nosotros/as el desafío de formar nuevas comunidades que, desde este camino de oración que nos legó san Juan Eudes, puedan acercarse a Jesús de manera sencilla y profunda a la vez, para convertirse en discípulos/as misioneras/os
"Como Yo estoy en mi Padre, y vivo por la vida que Él me comunica,
así vosotros estáis en mí, y vivís de mi vida, y Yo estoy en vosotros comunicándola".
"Todos estos textos sagrados nos enseñan que Jesucristo está viviendo en nosotros, y que no invita a vivir sólo en Él y que nuestra vida ha de ser continuación de la suya.
Precisamente, la vida cristiana consiste en continuar y completar la vida de Jesús,
para ser otros tantos Jesús sobre la tierra, continuadores de su vida, de sus acciones y padecimientos, realizados santa y divinamente en su espíritu".
(San Juan Eudes)
Imágenes de nuestro encuentro
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